30 de diciembre de 2012

Las chicas son guerreras


Hermanas Polgar: Judit, Zsófia y Zsusza
En el pasado se pensaba que el ajedrez era cosa solo de hombres. ¿Cómo no iban a pensarlo nuestros antecesores si toda la élite del ajedrez estaba compuesta por hombres?

Esa era la opinión general hasta que tres hermanas procedentes de Hungría rompieron todos los esquemas de la supremacía masculina. ¿De quiénes hablo? Pues ni más ni menos que de las hermanas Polgar, cuyos padres se encargaron de su educación, en la que el ajedrez era otra asignatura. Todo esto se basó en un experimento del padre, Laszlo Polgar, que pretendía demostrar que los genios se podían hacer desde una edad muy precoz.

El experimento fue un éxito total. En pocos años estas hermanas causaron furor en el mundo del ajedrez, jugando torneos donde participaban tanto hombres como mujeres, pues los torneos exclusivamente femeninos no formaban parte de su agenda, aunque hubo alguna que otra excepción.

Judit Polgar, con 12 años de edad

Una de ellas fue la Olimpiada de Salónica, en Grecia, donde tras presiones de la Federación Húngara accedieron a jugar en la selección femenina de su país. Así, los tres primeros tableros fueron ocupados por dos adolescentes y una niña de tan solo 12 años, Judit Polgar, que ya contaba con capacidad más que suficiente para firmar el remate que tejió frente a la jugadora búlgara Sofía Angelova.



En la posición que se muestra, en la que Judit conduce las piezas blancas y en la que ya ha sacrificado una pieza, el deficiente desarrollo de su rival hace posible una sencilla, pero bonita combinación. Tras la jugada de las negras 1. ... Df5 para evitar 2. Af6 (1. ... f6  2. Axf6! Txf6  3. Te8+ Rf7  4. Df8#), Judit sacrifica su dama y pone fin a la partida mediante 2. Dxf8+! Rxf8  3. Ah6+ Rg8  4. Te8#.




Adonay Ramírez

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