Ayer se celebró una nueva edición –la 28ª- del
blitz por equipos de La Subasta en Tres Palmas, ese barrio del cono sur que,
por historia, se ha convertido en un importante referente ajedrecístico de la
capital.
Sesenta jugadores repartidos en diez equipos
dieron lustre a un torneo que, más que una competición, es una celebración del
ajedrez en su vertiente más festiva.
Y como fiesta que fue hubo de todo, o casi todo,
empezando por la denominación –no de origen- de una de las escuadras
participantes. A quien les escribe aún no le queda claro si respondían al
nombre de “Los Chopas” o al de “Deepak Chopra”. Lo que sí quedó claro es que no
había ningún Paulo Coelho por los
alrededores, aunque estaba presente un alquimista
inapreciable, anfitrión perfecto y persona extraordinaria como es Bernardino
Castro, padre del torneo. A su lado estuvo, y a quien el ajedrez en Tres Palmas
también le debe una buena parte de su vida, Cándido Barreto.
Pero hubo más. Tuvimos el privilegio de ser
testigos de la transmigración del alma de Pablo Arranz. Tal vez imbuido de la
supuesta espiritualidad oriental del gurú indio, se materializó en las
distintas formaciones –A, B y C- que presentó el Vecindario, generando el caos
y la destrucción allí por donde pasó.
Y ya que hablamos de almas, me veo en la
obligación de confesar que la mía ayer se rompió en pedazos en la última ronda,
al observar que mi joven oponente, de tan solo siete tiernos años, realizaba las
últimas jugadas de nuestra partida esforzándose por contener las lágrimas.
Desde aquí le animo a continuar disfrutando de este deporte que nos proporciona
tantas cosas positivas.
Sin embargo hubo otro niño que fue muy feliz: Rui
Lin Ying, cuyo progreso ajedrecístico resulta imparable, venció y convenció en
su partida con Francisco Alvarado, a quien además sacó una más que apreciable
ventaja de tiempo.
Por su parte, los equipos que coparon el podium
marcaron claras diferencias con respecto al resto: integrados por algunos
Maestros FIDE y fuertes Preferentes Especiales, abrieron una importante brecha
de puntuación entre ellos y los demás, entre quienes se hallaban muchos
jugadores que, por su corta edad, representan el futuro de nuestro ajedrez a
medio plazo.
El tercer puesto lo ocuparon “Los Chopras” (¡!), que formaron con los MF
Juan Manuel Martín y Daniel Gutiérrez, así como con Juan Carlos Ángel, Dinia
González, Adonay Ramírez y Héctor Robaina. El subcampeonato correspondió al
TresW, que se presentó con Eduardo Ramírez, el MF Iván Trujillo, Francisco
Alvarado, Pedro Gabino Padrón, Antonio Rodríguez y Marcos Raluy. Con el título
de campeón se alzó el Vecindario “A”, compuesto por Borja Rodríguez, el MF Omar
García, Víctor Ramírez, Antonio Rodríguez Mellado, Adrián Cruz y Nauzet Cruz.
Pedro Gabino Padrón
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